Ataques de Pánico

05.02.2014 00:55

El Ataque de Pánico (conocido también como Crisis de Angustia) puede presentarse súbitamente, sin razón evidente, en cualquier momento y lugar. Generalmente aparece sin previo aviso. Los síntomas que lo caracterizan son: falta de aliento, elevación del ritmo cardíaco, sudoración, temblores, escalofríos, opresión, sensación de asfixia, náuseas, desmayo, terror acompañados de sensación de muerte inminente, miedo a perder el control, entre otros.

Los ataques de pánico pueden producirse en diferentes edades. De acuerdo al DSM y CIE, la edad de inicio de este trastorno se ubica entre los 18 y 25 años en la mayoría de los casos.

 

La importancia de consultar a tiempo

En el momento de un ataque de pánico la urgencia se presenta desplegando repentinamente una serie de sensaciones que colocan al sujeto en una situación de borde y de “parálisis”. Es por eso que el “tiempo” de la consulta incide significativamente en el éxito del tratamiento del cuadro.

Es sabido que los ataques de pánico suelen producirse sin causa aparente, en general se desconoce el factor que lo ha desencadenado. Sin embargo, los ataques no se producen porque sí. Hay factores poco observables que han estado "preparando" el terreno para producir el ataque. Son motivos profundos e invisibles para quien lo padece y varían de caso en caso. Al intentar registrar y detenerse sobre situaciones que le está causando angustia a uno, lleva a realizar consultas a tiempo y cambiar drásticamente la calidad de vida.

El modo de abordaje terapéutico y los efectos que éste puede producir depende mucho del momento en que se hace la consulta, ya que una crisis de angustia va demarcando diferentes etapas a lo largo de su evolución requiriendo distintas estrategias. Por esta razón, la duración y el efecto del tratamiento puede variar significativamente.

 

Contención

La familia y los amigos ocupan un rol muy importante a la hora de ayudar a las personas afectadas por la crisis de angustia. Estar cerca para brindarles afecto, compañía y contención ayuda sobremanera a que estas vivencias se vuelvan más tolerables. Cabe recordar que un ataque de pánico paraliza y limita las acciones de una persona, bajo ningún punto de vista se le debe “obligar” a hacer tareas que le causan angustia. Si el psiquismo ha dicho “no” ante ciertos eventos o acciones entonces es recomendable respetarlo momentáneamente hasta que esa inhibición sea elaborada terapéuticamente.
Buscar ayuda profesional lo más pronto como le resulte posible ayudará a evitar el agravamiento del cuadro.

 

Lic. Peichi Su