Los celos y su lugar en el amor

10.07.2012 11:14

Es muy difícil para el ser humano poder encontrar una relación amorosa sin que haya celos. Poco o mucho, los celos forman parte de la estructura amorosa. ¿Y por qué es así? Porque nuestro lazo con el otro -ya desde nuestra infancia- se construyó a partir del deseo de poseer todo para sí aquello que nos generó placer (placer experimentado a partir de los cuidados maternos o su sustituto). Desde entonces, inconscientemente -o conscientemente en algunas personas- el ser humano desea retener para sí aquello que tanto ama. Por tal razón, la persona celosa despliega sus sospechas y dudas como intento de “evitar” lo que más teme: perder a la persona que ama.

Cuando los celos ocupan un lugar ínfimo y se superan sin dificultad en una relación, se podría considerar que es natural y que forma parte de la relación amorosa. Pero cuando el nivel de celos se vuelve denso y constante, tales celos pueden llegar a causar situaciones muy tormentosas y producir estragos en la relación.

 

El motivo y la causa de los celos varía de persona a persona y depende también del tipo de relación que se arme en cada pareja. No es posible generalizar los celos ni es posible aplicar una misma explicación a todos los casos.

Es muy importante escuchar, sin generalizar, el motivo particular por el cuál una persona siente celos por su pareja, ya que detrás de cada sentimiento celoso, hay una relación específica a la historia personal de esa persona. Asimismo, es interesante saber que una misma persona puede tener diferentes grados de celos según la pareja (con algunas parejas puede actuar muy celoso, mientras que con otras puede sentir muy pocos celos -y esto no se debe a que esa pareja “no le da motivos”, sino que esto tiene que ver con cómo la historia personal de este sujeto “resonó” de modo diferente con ese partenaire).

 

Celos y autoestima

Cuando los celos están relacionados con la autoestima -o la autoimagen- del celoso, tal situación se vuelve bastante delicada y frágil. Se trata aquí de un tipo de celos en donde la “solución” se vuelve momentánea y efímera, es decir, por más que el celoso haya superado -aparentemente- sus celos al confirmar que su pareja lo ama, esta “tranquilidad” es sólo momentánea. Dicha solución no es duradera, ya que cuando los celos están relacionados con la baja autoestima la persona celosa necesita una confirmación constante de lo que él/ella significa para su pareja. Y se sabe que tal requerimiento es imposible de sostener, ya que nuestro amor por la otra persona tiene sus fluctuaciones -a veces es muy intenso y otras veces no tanto-, pero, que el sentimiento fluctúe no significa que hayamos dejado de amar a esa persona, esto simplemente es parte del deseo del ser humano, el deseo es fluctuante. Y el gran problema reside en que tal fluctuación puede resultarle muy intolerable y angustiante para la persona celosa, dado que su autoestima (en otras palabras, su existencia) depende constantemente de la mirada de su pareja.

 

 

¿Son tratables los celos?

 

El tratamiento de los celos no se orienta por la vía de “obligar” al celoso a reprimir sus celos, ni se trata de obligarlo a dejar de perseguir y sospechar las actitudes de su pareja. Por el contrario, en el espacio psicoterapéutico se le ofrecerá a la persona celosa un lugar de escucha en donde se pueda hablar sinceramente de sus motivos más profundos y personales que lo llevaron a sentir estos celos. El tiempo y la modalidad de trabajo psicoterapéutico varía en cada persona, ya que como se mencionó más arriba, no todos los celos son del mismo tipo ni provienen de un mismo motivo. La contención continua promovida desde el espacio psicoterapéutico, acompañada de una escucha atenta y observadora de la profesional, permitirá ir descubriendo y encontrando aquellos motivos originales a través de los cuales se fueron construyendo estos celos.

 

Lic. Peichi Su © 15-12-2017

 

 

NOTA: este artículo no refiere a situaciones en las que es constatable un motivo real (concreto) por el cual alguien puede sentir celos.